El fin de la excusa: ¡no tengo tiempo para ir al gimnasio!
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A pesar de afectar, y mucho, el mercado fitness, la COVID ha brindado una solución para la excusa más común de las personas que no frecuentan el gimnasio: la falta de tiempo. El aislamiento social, el tiempo ahorrado de los traslados del día a día, que no existen en la cuarentena, el aumento de la preocupación con la salud, el aumento del estrés y el aburrimiento de ese momento contribuyeron para que algunas personas descubriesen la actividad física como opción en sus vidas; a las que se ejercitaban descubrieron una nueva manera de hacerla; y los que se dedican a la gestión de gimnasios percibieron una nueva manera de brindar servicio a los clientes.
En ese momento de la pandemia, la búsqueda de aparatos hogareños ha crecido mucho (en Brasil, 194%), bien como la bajada de aplicaciones de ejercicio físico (casi 400% en una aplicación, en el mes de marzo). También se anticipó el lanzamiento de las plataformas digitales de grandes cadenas (que ya la tenían en desarrollo o listas antes de la COVID) y hizo con que los gimnasios chicos y medios mirasen la tecnología de otra manera. Un boom de servicios online, clases virtuales y clases en vivo de gimnasios ocurrió; A principio, para mantener el vínculo y la relación con los clientes (como objetivo de fondo), pero descubrieron recursos para ampliar seguidores y personas interactuando con sus marcas en ese medio digital.
Mientras en cuarentena, pero con la posibilidad de reabrir los gimnasios, ese es un buen momento para que los gestores entiendan ese movimiento y como se sienten las personas (sus clientes y equipo) para invertir un tiempo, de manera empática, evaluar su mercado y público para ver como (y si) la tecnología puede contribuir para agregar más valor y brindar mejores experiencias. Como ejercicio, podemos comparar el mercado de películas: las salas de cinema y Netflix. Creo que las personas (en su mayoría) no sustituirán el gimnasio por la experiencia virtual únicamente, pero podemos aprender como las salas analógicas brindan una experiencia a sus clientes y el Netflix brinda otra con el mismo producto, para poder implementar acciones analógicas y digitales para su gimnasio.
Como el dicho: si no se aprender con amor, se aprende en el dolor; la COVID nos has enseñado mucho con el dolor, aprovechemos la COVID para abrir nuestras cabezas y ampliar la mirada hacia nuestro mercado y seguir brindando buenas experiencias a las personas y contribuyendo para su bienestar. Cuenten conmigo en esa jornada. ¡Éxitos!
Ricardo Cruz
B2F – Business to Fitness